Aquí yacen los restos de Vidal Mendoza.Vivio 45 años. Fue clavadista de la Quebrada, combatiente en las 6 invasiones a Irak, D.J. en Ibiza y St Tropez, padre de nueve hijas, defensor de ballenas en el Mar de Cortés, y sobre todo enamorado de sus amigos y de sus mujeres. Le sobreviven Thom Yorke y Jack White, con quienes formó "The Anonymous, The Annoying and The Handsome", el grupo de Rock más importante en la historia de la música popular.
"El que tenga cochi, que lo amarre; el que no, pues no"

Lenguaje jurídico, téngase por sobreseído

En agradecimiento a Pablito (aka Pamelo)
El lenguaje jurídico es una afrenta incuestionable. No se sostiene ni con las sesudas (de que se suda, se suda) defensas de los especialistas.

Si no se reunen tales requisitos, se desechará la demanda; si no se cumple con otras cuestiones, se tiene por no interpuesta (¿?).

Como todo lenguaje "no científico" (que me disculpen los puristas), el jurídico es impreciso, vago, abierto, incluso rococó: "La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos descienden de poblaciones que habitan en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas" ( Artículo 2 constitucional).

Bien decía El Viejo que la Constitución se redacta para ser leída en voz alta.

Ante esa afrenta verbal, los especialistas (a quienes no ofende, sino que enaltece) reiteran el error, burlándose: "pero como es posible que confundan la despenalización con la regulación..."

Ello arroja afrentas aún mayores, cuando se apropia por el dominio popular: "Si no hay pena de muerte para el violador, por qué si la hay para su hijo". ¡Putísima la tacones! Lo que mal empieza, mal termina: eso, me decían de niño, es una falacia

Un desafortunado lenguaje nos avienta a escenarios aterradores. Así los abogados no litigan con herramientas silogísticas válidas, sino, por el contrario, con estratagemas, es decir, sofismas viles (lectura recomendada para entrar al juego: Dialéctica Erística o El arte de tener la razón, Arthur Schopenhauer).

Durante mis años como estudiante de Derecho, me fue presentada una palabra que hasta la fecha me provoca infinita emoción: SOBRESEIMIENTO.

Sobreseimiento, para aquellos que no tienen obligación de saber, es una resolución dictada en un proceso, poniendo fin a éste sin decidir sobre el fondo del asunto, toda vez que existen razones o circunstancias que impiden su pronunciamiento. Por ejemplo, falta de interés jurídico ( no es tu casa la embargada, sino la de tu vecino, no seas mitotero), Consentimiento del acto reclamado ( si tú también eres bien coqueta, no me vengas ahora con chingaderas), Consumación irreparable del acto ( me hubieras dicho antes, ahora ni llorar es bueno), entre otras más aburridas.
Primordialmente, me conmueve por sus intrínsecas posibilidades lúdicas:
Todo lugar infame
Harto de estancamiento
Sólo puede darme
Fatal Sobreseimiento

Así de pendeja termina siendo una resolución de sobreseimiento cuando sin mayor argumentación, un puto juez de distrito decide que tu cliente no cuenta con interés jurídico para reclamar una ley, pues a su limitado entender, el sólo hecho de estar obligado al pago del impuesto contenido en ella, no comprueba con eficacia la afectación a su esfera de derechos subjetivos.
En palabras más amables: no porque lo hayas pagado te afecta.
Hoy dejó de gustarme la palabrita del demonio.
Tarea de hoy, recurrir la resolución de sobreseimiento.
Lo ilógico no se corrige lógicamente. Habría que construir un sofisma kafkiano para sacar al buey de la barranca, pero no sé cómo. Pensé que escribir esto liberaría algún espíritu creativo. Nada de nada.
Seguro recurriré a algún elemento de contundencia sentimental, de esos que abundan en los noticieros; a ver si, alejado del lenguaje jurídico, consigo una resolución estrictamente jurídica, ¿será?




1 comentario:

Melo dijo...

Pues así de pendejas terminan siendo muchas cosas...

Una demanda en la que alegamos meras incongruencias legales, una sentencia que incongruentemente resuelve sobre incongruencias,y peor... tres incongruentes tratando de darle congruencia a... a este pedo.

Ni hablar, habrá muchas veces en que pasará el tiempo mientras discutamos y divaguemos en meras elucubraciones teóricas, que fuera de su contexto y en la vida callejera simplemente no tienen sentido.

Como alguna vez me dijiste con una cerveza en la mano mientras reposábamos la comida en la mesa de un lugarcillo perdido, lo verdaderamente importante es discutir pendejadas.

Esas pendejadas que tenemos más a flor de piel que los chingados sobreseimientos, improcedencias, interés jurídico...

Si un "pedo" puede ser la línea que define la completa confianza en la pareja, o saber quién aguanta comerse un "supertaco" en una sentada (sólo para profesionales del taco de madrugada), eso me paraece más agusto y ... más real.

Pero ni hablar, los chingados sobreseimientos son los que nos dan de comer.