Aquí yacen los restos de Vidal Mendoza.Vivio 45 años. Fue clavadista de la Quebrada, combatiente en las 6 invasiones a Irak, D.J. en Ibiza y St Tropez, padre de nueve hijas, defensor de ballenas en el Mar de Cortés, y sobre todo enamorado de sus amigos y de sus mujeres. Le sobreviven Thom Yorke y Jack White, con quienes formó "The Anonymous, The Annoying and The Handsome", el grupo de Rock más importante en la historia de la música popular.
"El que tenga cochi, que lo amarre; el que no, pues no"

Dos años con nueve meses

No soporto esta idea maldita de los ciclos en forma tradicional. Cuando llega el año nuevo no tengo mucho que reflexionar: siempre estoy a la mitad de las cosas, por lo que todo propósito es una caricatura de mis obsesiones (dejar de fumar, beber sólo vino, leer sólo lo bueno, hacer más abdominales, darle más besos a mi madre...).

Sin duda hay ciclos, etapas; pero su inicio y término no son cosa humana. Terminan y luego, humanamente, te adecuas.

Etapas, a fin de cuentas. Hace dos años con nueve meses el señor Antillón me propuso vivir juntos de nuevo. A él se le vencía el arrendamiento; a mí, la paciencia. Se unía un viejo amigo para perfeccionar el triunvirato.

En un inicio, fuimos sólo tres: El nene: perpetuo Peter Pan moralmente intachable, litigante pulido, melómano en aguas revueltas y el peor jugador de Halo de la historia; El niño con barba: académico en potencia, videojugador de clóset, silencioso observador, ferviente enamorado de su mujer y apasionado de los tintos australianos con logotipos poco afortunados; y, claro, El fantoche vanidoso a quién las contradicciones sobre las que deambula impiden describir algo perenne.

Casi inmediatamente llegó el orden, la mesura, la elegancia y la administración. Ella llegó sin saber bien por cuánto tiempo; agraciadmente fue para quedarse. Mujer de convicciones sin medias tintas, seguidora de Grey´s Anatomy, profesional de la "antropología comercial", responsable de la vegetación con la que cohabitamos y la más sólida muestra de que por amor todo se puede.


Como toda alma errante, Guapo Alex vino, trató de cambiar al mundo y no pudo. Dejó un control de xbox huérfano y se fue a vagar por el oscuro mundo de la rectitud y la decencia.

El nene se fue buscando excusa para pedir matrimonio. Su lugar lo ocupó maravillosamente mi compadre Lito, "el quiubo con la bandona", Barbosa: coleccionista de tenis "con onda", maestro del escapismo verbal, puntual lector de Bolaño y Auster, chelero gourmet, amante de todo lo vintage, gran conversador de política y el último mohicano grunge de México. No obstante las virtudes personales de mi compadre, su mejor aportación a la comuna fue la encantadora Macai Endecasílaba, Embajadora de la República de las Letras, consejera diplomática de los corazones dubitativos, enamorada de Rulfo y sus fantasmas, amiga entrañable.

Cada uno trajo a los suyos, con lo que se formaría toda una comuna, : Mi Reina Fotógrafa, Mi Princesa Diana, Pamelo Corazón de Pollo, Franz VolksPovlen, Warachín de la Farándula, Jared Pato ("Para ser negro tocas buen grunge..."), Robot Rock Scottish, Osito Rockero, Caifo Sazón, Marifercho Sinagogas, Kiwi Fresón, Sexy Migrañas, Esiak Descalza y más.

Nos vamos después de dos años con nueve meses. El nene regresa a la casa, pero ya casado con La Princesa. Sé que lo hacen por truco: así es más llevadero el tránsito marital, dentro de las paredes de una casa que, desde hace dos años y nueve meses, es más suya que de nadie. Seguro será muy divertido volver en otras circunstancias.

Como el cierre de esta etapa me ha tomado por sorpresa, creo que regresaré un tiempo a Amueblados María Luisa. Quiero ignorar que el tiempo ha pasado tan deprisa y que es hora de seguir. Lo de seguir es seguro; el rumbo es contingente (recuerdo lo de Montaigne: "sujeto maravillosamente vano y fluctuante es el hombre...")

En una de las tantísimas despedidas (el que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse) se escuchó en la sala de la comuna el tango más atinado para el momento: "Del barrio me voy/ Del barrio me fui/Triste melodía que oigo al partir/Voy dejando atrás/ Todo el arrabal en mi recuerdo..."

Melchor Ocampo 285. . . 284, 283, 280, 260, 212, 200, 189, 167, 135, 111, 97, 89, 76, 65, 56, 48, 41, 36, 22, 19, 17, 15, 10,9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1. . . ADIÓS

En Acapulco tampoco

La visita del presidente de Irán a la universidad de Columbia en Nueva York ha generado toda una reacción a manera de opiniones, manfiestos, declaraciones, movilizacionesy protestas.

Yo no me puedo quedar atrás.

Declaró que en Irán la homosexualidad no existe: "No tenemos eso en nuestro país"

Yo, en mi calidad de Alteza Cachondísima del Principado de Acapulco, aprovecho la inercia discursiva para declarar que en los territorios sobre los que recae mi extrema Soberanía, tampoco hay homosexuales. Tenemos un chingo de putos, mayates, locas, leandros, jotos, come venas, janitos, chepinas, muerde almohadas y traga habas; pero homosexuales, ni madres.

Al menos no los he visto.

Hace poco en escuché de un sacerdote retrógrada e imbécil que nacer homosexual no es pecado; en cambio, practicar el homosexualismo sí es condenable. ¡Ah, chingá, chingá! ¿Se puede ser pintor sin jamás haber pintado? Osea que el ser no tiene pedo, sino el hacer es lo que te vuelve condenable. Además, ¿qué no el pecado es en obra y también en pensamiento? (lo que sí debería ser pecado es decir inconsistencias estúpidas)

Ya entendí, esos juicios provienen de las mismas personas que creen que por pagar predial caro son más ciudadanos que los millones de asalariados que sin saberlo reciben su sueldo ya rasurado por las retenciones del ISR ("El problema de este país, brother, es que los ni los asalariados ni los ricos pagan impuestos". El problema de este país, BRO-THER, es que hay pendejos como tú que ven en López Dóriga y Paty Chapoy a los "verdaderos representantes del pueblo de mexicano").

Reitero que en Acapulco no hay homosexuales. O son muy pocos, desgraciadamente.

La práctica de la homosexualidad, como la de toda minoría identificada, requiere asumir una posición firme, valiente, honrosa y digna. De manera tal que haga consecuente la toma de una libre elección (ya sea en relación a las preferencias sexuales, musicales, estéticas, de vestimenta, de ocio, de estado civil, o la que sea) con un estilo de vida. Lo que sí resulta ofensivo es ver a un heterosexual defendiendo el derecho a discriminar. En cambio, virtuoso resulta un homosexual cuando levanta la mano para asumir una posición socialmente costosa. Eso, amigos míos, requiere de mucho más valor y dignidad que la mostrada al rascarse las pelotas en señal de hombría.

Cuando veo a un grupo de leandros escandalosos y provocadores (de los que sí tenemos en Acapulco) esforzándose por hacerte sentir incómodo, me da coraje por los pocos homosexuales a lo que he tenido el gusto de conocer, quienes resienten la infinidad de prejuicios y clichés.


Igual coraje siento ante los pueblerinos que ya no saben como se come una torta de relleno ("si te conocí cuando correteabas cuchis, mano"),pero hacen alharaca de todo el mundo que les ha dado sus infinitos viajes por Europa . O pior, los que toman un folclor artificial, como señal de extrema tolerancia y entendimeinto de "lo diferente". ("si yo no tengo pedos con los homosexuales; wey, yo hasta compro maquillaje para hombres...")

Ante la declaración de que en Irán no hay homosexuales, me compadezco. Seguro ese fue el tono del presidente iraní: compasión. Debe estar frustrado de que en su país no exista coraje para llevar un estilo de vida particular con el garbo requerido. Eso es, pues ante la ausencia de coraje (y principalmente bajo el yugo genocida de condiciones políticas nefastas) se puede explicar tener a un imbécil como ese de presidente.

En Milenio se rescata una fotografía en la que aparece una pancarta que repudia a Ahmadineyad por lo siguiente:
1.- Maniac
2.- Terrorist
3.- Killer
AND A REAL BAD DRESSER

No hay que ser tan duros con el dictador. Él lo ha dicho: no hay homosexuales en Irán. De lo contrario tendría muchas más nociones de estilo y vestimenta. Pues si algo caracteriza a la comunidad homosexual (y por consecuencia a los lugares en los que se encuentra arraigada) es un alto sentido del "buen vestir". Pobre. Más que odiarlo, hay que compadecerlo.

Para finalizar sólo quiero dejar en claro que los apelativos utilizados previamente (leandros, jotos, locas...) son adecuados para distinguir a los homosexuales de las caricaturas de la doble moral: intolerantes, racistas, mustios e hipócritas. A ellos no sería digno llamarles homosexuales; de la misma manera que no a todo varón le es propio el apelativo caballero.

Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again de Bob Dylan (Blonde on Blonde, 1966)

Oh, the ragman draws circles
Up and down the block.
I'd ask him what the matter was
But I know that he don't talk.
And the ladies treat me kindly
And furnish me with tape,
But deep inside my heart
I know I can't escape.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.

Well, Shakespeare, he's in the alley
With his pointed shoes and his bells,
Speaking to some French girl,
Who says she knows me well.
And I would send a message
To find out if she's talked,
But the post office has been stolen
And the mailbox is locked.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.

[...]

Notas de bitácora de un festival de verano



En eterno agradecimiento a La Purpurina con sabor a Aparello, porque de piedras y de música se sostiene el mundo


Madrid, día 1 : maleta perdida: ropa de playa en Guadalajara. (Pero, Guadalajara, España, ¿no?- No, señor, Guadalajara, México.)
Unas breves horas son suficientes para reafirmar que la noche del verano madrileño es aburrida e insípida (¿por qué no hay música en las terrazas? - Pues porque hay vecinos, simplemente. - Pues que vecinos tan simplones.)

Madrid, día 2: había que regresar al maestro Velázquez. Misión cumplida y admiración reiterada: La Fragua de Vulcano es una chulada (¡hasta a los dioses les pintan el cuerno!)
Cerveza en un lugar tradicional madrileño: montadito de salmón maravilloso. El bonito ni es bonito ni es especial, es atún en lonchas grandotas. Es que no conocen el atún fresco. No hay que decirlo mucho, porque se ofenden.
Un madrileño de los que enamoran (gato viejo, viejo genial) entra al lugar. En automático me dice: ¡Hey tú! Eres cubano o qué. - Sí claro, qué no se ve. - Contesto con una ligereza tan artificial como inverosímil. Pues canta, baila, joé. - Dice imitando una salsa o un merengue o no sé qué. Reímos en sincronía.
Maleta recuperada.
Por la noche, un Pub que me trae buenos recuerdos: cerveza, caballito de bourbon. Imágenes que se repiten. Compañía amorosa. Mirada extraña (será que engordó, que el cuello lo tiene más ancho o es sólo la cabeza pelona lo que es diferente). Cuenta que no me permite pagar un bartender en honor a aventuras pasadas.
La migraña se hace presente. Noche sin dormir. Me di cuenta que los noticieros no tienen mucho que informar en la madrugada.


Madrid/Valencia, día 3: trayecto a Valencia en tren que sirve como mesedora para reponer el sueño. Despierto al llegar a mi destino. Me reprochan los ronquidos ( con comentarios y con miradas).
Valencia me sorprende: tradicional y moderna, calurosa y con aire delgado que sana un poco la migraña. Puerto europeo, pero con aromas gringos. No hay que decirlo mucho, porque se ofenden. Gente amable. Belugas enormes e inteligentes. Morsas en celo.
Carretera a Castellón. Yo pensaba que Chilpancingo era feo. Castellón se la mata.
La migraña regresa con más fuerza. Serruchos en la cabeza. Cada vez más seguidos. Se vuelve insostenible. Renuncio a Bright eyes y a Iggy Pop, con tal de logar reposo cerebral.

La cabeza sigue ardiendo. Intento dormir, no puedo. Toallas húmedas y amorosas en la frente. Cierro los ojos, pero la luz viene de adentro. Una arcada me avienta de la cama. Vómito ácido y corrosivo. Sueño repentino y pesado.


Dia 4, Castellón/ Benicássim: 9 horas después despierto aliviado.

A la playa de Benicássim. ¡No se diga más! Compro los lentes más grandes del stand (Made in China, of course) para evitar que el sol entre por alguna parte. La playa sí que sana.
Regreso a Castellón para una ducha reparadora. En la regadera, nervioso: Wilco a pocas horas. (¿Qué tocarán? ¿ Y si no son buenos? ¿ Y si Tweedy tiene un mal día? ¿Cómo sonarán las rolas del Yankee Hotel?)
Carretera a Benicássim: Muchas vías, demasiadas rotondas; todos los caminos del verano valenciano llevan a Benicássim.
El auto estacionado a 9,758 pasos del recinto. El nervio crece. Desde el puente peatonal se escucha un lánguido altavoz: "por dificultades técnicas, los Klaxons no se presentarán en el escenario verde a la hora programada; lo harán en la carpa fiberfib a las 00: 35". La marquesina que ya es visible, cambia su leyenda: Wilco a las 22: 20: de inmediato una ovación que alcanzo a escuchar.
Superadas las complicaciones con el boleto de entrada. Brazalete colocado. Entrada al recinto: jovencitas en poca ropa, sonrisas coquetas a granel. El festival convierte a Benicássim en Colonia Británica por 4 días. Jugadores de rugby (o al menos de eso tinen pinta) brincando sin parar. Carpas y carpas. Tomo conciencia de la juventud que dejé atrás.
Por reacción auditiva, pido mi primer trago: One big beer, if you please. En carambola me contestan: Sure, five tickets. A mi y a mi ineterlocutor nos vence el asombro en cuanto al idioma. Ostia, es que ya no se sabe. - Me comenta a manera de disculpa.
En ese momento me doy cuenta de que todo será así: Un antifaz. Genuino, pero disfraz al fin.
Nos acercamos al escenario verde a esperar a que empiece a tocar Wilco. A la hora programada, salen puntuales. Tweedy toma la guitarra, se acerca al micrófono para decir un predecible"Buenas noties Benisazzzin, hola Espania". La convocatoria es moderda: la mayoría conformada por adultos contemporáneos, uno que otro veinteañero snob con pinta de novelista y músicos aficionados que imitaban los acordes a la perfección, a la par que anticipaban los cambios de ritmo.
La primeras tres canciones correspondieron a la más reciente entrega del grupo, Sky blue sky, creando un ambiente folk, Dylanesco, country, íntimo ( Americana, dicen los críticos que se le debe llamar).
Sólo con decir que iniciaron con Either way creo que es suficiente. No lo dije en el momento porque se me atoró la voz de la emoción, pero la canción gritaba lo que sentía, sólo que Tweedy lo dijo por mi: Maybe you still love me/ Maybe you don't/Either you will or you won't/ Maybe you just need some time alone/ I will try to understand/Everything has its plan/Either way/I'm gonna stay/ Right for you.
La presentación iniciaba de esa manera, tan personal, tan soñada, tan dibujada que parecía bajo pedido personal.
El ambiente íntimo se mantenía con On and on and on
En vivo, los solos de guitarra de Impossible Germany suenan demasiado intensos, como un corazón abierto a punto de colapsar. Y precisamente porque le siguió I´m trying to break your heart, lo que prendió a los más puristas que no daban crédito a lo bien que sonaba una canción tan compleja (podías advertir como se encontraban las miradas de extraños con la intención de compartir un giño de complicidad en la omnisciencia: "están muy cabrones, pero ya lo sabíamos").
Llegó Spiders y sí que grité: "Spiders are filling out tax returns/Spinning out webs of deductions and melodies.
War on War y A shot in the arm de las más emocionantes y coreadas (comprobando que "We fell in love/In the key of C" es una línea tan espléndida como popular)
Lo restante fue maravilloso también, pero me lo quedo para poder cambiarlo cuantas veces me venga en gana.
Al terminar el concierto, se escuchaba entre el murmullo la petición a que regresaran a tocar Kamera y Jesus etc. Sin embargo, sonaba más a deseo que a reproche. Una presentación así no lo permite.
Nuevos "amigos" valencianos: todos rebasan los treinta. Afables, cálidos, interesados en lo que un mexicano en sus tierras pudiera decir. Como muestra de afinidad me hacen un ofrecimiento de lo más amistoso: Hey, Vidal, no quieres coca. - Me grita con total libertad. No, muchas gracias, estoy tomando whiskey. - Contesto, pensando que me ofrecían refresco para mezclar mi bebida. ¿Seguro? Si te apetece, nos dices.- Me reitera la amabilidad mientras asipra cantidades industriales de polvo. Me siento como un imbécil, pero me río.
Una hamburguesa tan buena como costosa. Un tiempo de receso auditivo.

De regreso al escenario verde. Invito a los valencianos a escuchar a Dinosaur Jr. Uno de ellos me dice que es mucho ruido para él; sin embargo, me presume que acaba de comprarle una guitarra al baterista de Sonic Youth. Me lo comenta emocionado, y entonces ya no entiendo lo de la aversión al "ruido".
Dinosaur Jr. sale a escenario con Almost Ready ( título y letra paradójica para una banda que ha consolidado el sonido grunge por décadas). El aforo es incipiente: siguen treintones y prensa especilizada, solamente. Me doy cuenta que es un festival para jovencitos a los que llama más el sonido del momento que los grandes nombres del arbol genealógico del rock(seguidores de Interpol, ignorantes de Joy Division). A fin de cuentas, eso no tiene la mayor importancia, cuando de música se trata (ni de música ni de nada, en realidad. Son sólo afirmaciones petulantes).
Interpretan una versión de Boys don´t cry. Una lectura interesante: desgarrada, gritona, plana, apresurada, saturada de reverbs. Miel para abejas rockeras. El escenario se llena y así se mantiene a lo largo de la presentación. Pocos fans auténticos de la banda, en su mayoría escuchas accidentales (me incluyo), pero que agradecen el espectáculo.
El cuerpo ya comienza a acalambrarse. Otro litro de cerveza. Otro cigarro. Un breve descanso.
Ahora, los Klaxons: conjunto de moda, muy protegido por la crítica. Una de estas múltilples bandas "salvadoras" de la escena británica. Dicen que es New Wave. No veo el porque. No podemos entrar a la carpa. El lugar atiborrado. Los escuchamos desde afuera. El público eufórico. Se baila y se canta. Se baila y se baila. Las jovencitas, en pleno exorcismo, se ufanan de sus ajustados cuerpos, portando breves prendas, retando exitosamente a la gravedad. Magik y Golden Skans retumbaron por toda la carpa y sus alrededores. Muy rítmicos. Muy de fiesta. Muy potentes. Muy temerarios. Hay algo con los músicos debutantes de ahora que son como esos ejemplares exóticos de las ferias caninas: son cortos, feos, contrahechos, muy limitados; sin embargo, parece que ellos no lo saben y se muestran altivos, insolentes, retadores, como si tuvieran 15 años tocando para grandes públicos. Lo hacen muy bien, sin más, pero les basta para una mención especial, pasando sobre los ejemplares más tradicionales de la feria.


De aire

Este es un post de aire. No de fuego ni de tierra ni de agua, de aire.

Del aire, cuando es limpio, no se percibe color, olor ni sabor alguno. Así, para comprobar que existe, fumo: el humo, al entrar a mi cuerpo, pide aire y, cuando sale, juega con él.

MEXICO 0- ARGENTINA-3

México vencerá a Argentina. Pronóstico lleno de aire. Aire sucio que sí huele: tufos de deseos tercos: "y nos vamos a la Condesa a, sólo pa' joder"

Oswaldo no cuido el poste ni salió por el balón. Se quedó... en el aire.

Salió Torrado y entró Omarcito. México sin media cancha, perdió el hombre duro en la contención (quien diga que no, sólo basta ver el desempeño de Riquelme en el segundo tiempo) y mandó a un delantero que necesita de balones al pie. Un cambio que hace perder dos hombres a cualquier equipo que juega a recuperar balones para ir al contragolpe. Un planteamiento táctico....de aire.

Argentina, 3; México, aire

GUITAR HERO

15 años escuchando música como modo de vida. Sueños juveniles de aire: rostro de una generación: canciones coreadas por miles, entrevistas inteligentes, composiciones imitadas...
("pero cómo, si no tocas ni el aire")

Frustración de juventud tardía sanada. Guitarrita de aire lo cura todo. Heart Shaped Box, You Really Got Me, Cherry Pie, Strutter y más canciones.

Por tres minutos toco lo acordes y siento que las canciones son mías. El público ovaciona las solos y prende en euforia cuando distorsionó las notas. Uso ropa espectacular y dibujo un gesto que anticipa a cualquier fotógrafo temerario. La melena juega por el aire, arrancando vivas y ofertas sexuales.

Todo....de aire

Sin embargo, ese aire recuerda que en su ausencia ya no habría porque seguir aquí.

Gude y la nostalgia de los trajes perdidos

Gude es todo un happening. Alguien a quien no puedes querer del todo ni repudiar sin concesiones.
Es la encargada de "la comuna", lugar en donde vivo. Acude tres días a la semana, que para el rendimiento ofrecido, bien podrían ser cuatro o cinco y nadie notaría la diferencia. Nos conocemos desde hace ya varios años, a través de los cuales hemos cultivado una relación de insana dependencia. Hace poco, en una revista "para caballeros", leí un reportaje acerca de la relación Nixon- Kissinger, y sólo pude imagirme dando señales dudosas para que Gude no anticipara mis movimientos.
El punto más álgido de nuestra diplomática relación se ha generado a manera de tracto sucesivo, dirían los abogados. Se reitera cada tres o cuatro meses, justo cuando las heridas empiezan a cicatrizar, vuelven a abrirse.
De entre sus obligaciones laborales, la que más me importa (pudiera ser la única) es la referente al cuidado, manutención, limpieza, arreglo y acomodo de mi ropa. Pudiera destrozarse "la comuna" en pedazos, sin causarme perjuicio, pero si encuentro una camisa mal planchada o un par de mancuernillas incompleto, suelo perder el trazo mental al estilo de Jack Nicholson en The Shining.

Gude lo sabe; no obstante le sigue valiendo una chingada. Sólo en lo que va de este año, dio por perdidos cuatro trajes.

-A ver, pinche Gude, ya son cuatro: un gris oxford, un gris más clarito, uno que no sé bien que color es, pero creo que es como café tirándole a gris, como tornasol y un azul marino de un sólo botón y solapas delgaditas, con rayas muy finitas en crema, el que es como de gangster, que siempre me dices que se me ve bien.-

- No, mi niño, la verdad ni sé cuáles me dices. Además, tú te quedas a dormir simpre quién sabe donde y pierdes las corbatas y los calcetines. Luego te vas a Acapulco y a lo mejor los dejas allá. Seguro están allá, pregúntale a tu mamá.

- No mames, Gudencia, para qué me voy a llevar un traje de lana a Acapulco, ni a la boda de mi mejor amigo llevaría traje en Acapulco, tengo más estilo que eso. Lo oportuno es la Gua-ya-be-ra, como JOLOPO.

- Pues no sé tú.

- Y no me quedo a dormir en quién sabe dónde. ¡No me jodas!

- Pues yo no sé.

- Pues yo sí sé, y sólo duermo aquí.

- Ahhh! Entonces estás diciendo que me los robé.- ya lo dice pujando por la presencia de un ojo cristalino- Yo nunca, mi niño. Cuántos años ya de conocernos, yo nunca.

La denuncia de mi descuido generalizado y patológico frente a todo, logró generar las dudas suficientes para impedir un señalamiento definitivo. Sólo alimentó el imaginario respecto al paradero de mis trajes. Los imaginé de mil maneras: arrumbados en casa de un primo de Gude, a punto del delirio y la locura provocada por la distancia de una linda y gallarada corbata que lo acompañe; los imaginé como aquel gnomo de jardín de Amélie, pasándola bomba en los lugares más maravillosos del planeta, sin embargo, nunca recibí ni una incipiente postal que tranquilizara mis paternales miedos; los pensé, también, llevando la glamurosa vida nocturna defeña que nunca pude darles (luciendo mejor huerfanos de mi contrahecha silueta y desnalgado revés), en compañía de sensuales blusas halter, jeans a la cadera, minifaldas deslavadas y tangas con vivos juguetones.
Al no tenerlos, me limitaba a recordar las fechas más memorables en que lo usé. El azul de gangster lo usé en aquella cena que daba inicio a la primavera. El gris clarito me acompañó el día de mi primera clase como profesor. El gris tirándole a café, cuando se firmó el contrato relativo al asunto de los señores ...... (cláusula de confidencialidad).
En su ausencia , los sobredimensioné: "ya no encuentro trajes así, con esos despuntes y los hombros tan bien trabajados."

Un sábado de ocio, tuve la ocurrencia de pasar a preguntar por ellos a la tintorería: "Oiga, fíjese que se me perdieron mis notas de recibo. No sé si pudiera recoger la ropa a mi nombre, si hay alguna multa, la cubro, no hay problema. Aquí está mi identificación".

Long story short: me dieron los 4 trajes, 6 camisas que ya no reconocía , varias corbatas y me ofrecieron un ederedón que tenía meses listo, pero que no recogí, sólo para joder a Gude, martirizándola ahora por una prenda cuya ausencia era ignorada por ambos.
Los trajes de vuelta en mi clóset no brindan ningún entusiasmo proporcional a los escenarios imaginados durante sus ausencias. Los eventos que veía memorables, ya perdieron cierto encanto, pues siento que puedo reiterarlos ahora. Puedo hacerlo, ya que mis trajes están de vuelta. He revisado sus bolsas, queriendo encontrar alguna prueba de gran escenario que me regrese la nostalgia. Pero no una cualquiera, sino una de novela azotada: nostalgia de un futuro imposible y de un pasado aderezado por la imaginación: algún boleto de cine para una película no vista, una dirección codificada para una casa de citas ultra secreta, una factura que ampare la compra de un caso de motociclista, o bien una identificación oficial con datos que no me correspondan.

La ausencia da cabida a la creación de historias que de manera mañosa juegan con la inmaculada perfección del hubiera. Muchas veces, recuperar las cosas o lo escenarios no resulta tan placentero como quisimos creer en un momento.
Ayer, en una entrañable y amistosísima cena, un personaje (tan real como imaginario) estaba muy consteranado por la ausencia de una cajita de Olinalá, pertenencia existencial por excelencia. Cajita que, según dice, guardaba memorias de eventos particulares de su vida. La ausencia de tal cajita, le ha permitido jugar con divertidísimas posibilidades de ubicación, y le ha otorgado a las trampas de la memoria una artificial certeza acerca de eventos que, cuando son completados por la imaginación, se convierten en todo un happening literario. Por ello, ojalá que no la encuentre, y si lo hace, le recomiendo que se avoque fabricar curiosidades para vaciarlas en ella. Así podrá seguir disfrutando (que no sé en realidad si lo hace) de las posibilidades de un pasado imaginado.
Yo haré lo propio con mis trajes: colocaré objetos emocionantes en sus bolsas, y los dejaré algún tiempo en la tintorería, para que cuando los recoja, no distinga lo real de lo imaginado. Sólo espero que estas soporten los ajetreos del lavado en seco. Yo no podría. No puedo imaginarlo emocionante.


Ten Years Later, We´re O.K.

Pensando en dos personas: José Covarrubias, a quien le cuesta trabajo reconocer la importancia del disco, y Ricardo Farías, un clarísimo e inconsciente ejemplo de lo que éste provocó

¿Cómo cuanto tardas?.- Diez minutitos

¿Cuánto dejamos de propina?.- El diez porciento, ¿no?


Yo tenía diez perritos, uno se murio en la nieve...

¡Ay ya! Ni que tuvieras diez años, mano...

Dedos de la mano, diez; del pié, diez

¿Cuáles son tus diez discos favoritos?


Diez películas

Para los diez pelos que me quedan, mejor me rapo.



Diez novelas


El número diez, por alguna razón inaccesible para mi, está en todos lados. Si se realizara una encuesta al respecto, sería el número más popular. Y si no, pues qué gran contradicción humana, ya que para todo lo traemos a colación. Puede ser por el sistema decimal o porque, derivado del método de valoración escolar, nos revela la nota más alta; o bien por cuestiones de mnemotecnia. No sé en realidad, para qué invento.


Con independencia de las razones que lo motiven, siempre festejamos con mayor furor el décimo aniversario, sobre cualquier otro. Incluso, más que el onceavo (once años de matrimonio deben resultar más meritorios que diez, ¿no?), y así hasta llegar al vigésimo, pues son diez más.

El 16 de junio de 1997 salió en Inglaterra el L.P. más importante del Rock Pop contemporáneo: OK Computer. A EUA llegó un mes después; a México un poco más tarde en su versión importada (aunque su primer sencillo, Paranoid Android, ya se dejaba escuchar desde antes).

Yo pude escucharlo a finales de agosto de ese año. No sabía lo escuchaba; incluso ahora sigo interpretando cosas distintas cada que lo hago. Las primeras veces no agunataba el disco completo; cuando mucho llegaba al track 5, Let Down, y lo quitaba para regresar al (What´s The Story) Morning Glory? de Oasis. Sin embargo, al día siguiente (y así sucesivamente) repetía la práctica, misma que se convertiría en un ritual de crecimiento personal: cada vez eran más las canciones del OK, y menos las del What´s the Story, hasta arrumbar éste para rescatarlo varios años después.

A los 18 no eres muy consciente de muchas cosas, pero creo que lo que yo hacía era realizado también por miles de jóvenes a quienes el OK definía generacionalmente: el Britpop ya sonaba predecible, simplón, lleno de himnos huecos y evidentes; por ello, ya no definía la particularidad de una generación que requería de voces nuevas y auténticas. Aunado a eso, el grunge, ya se había convertido en una mala broma (saturada de poses envueltas en camisotas de franela) perpetrada por clones de Eddie Vedder. Creo (es sólo una impresión) que la caída del grunge, dio cabida al grosero surgmiento de la cultura del DJ, convirtiéndo (después de agotarse la innovación de su discurso) todo escenario en una sórdida alusión cacofónica, aburrida e incluso trivial.

(Siempre que veía a un tipejo vestido con playera ajustada de lycra, smart drink fluorescente en mano, fingiendo estar más en ácidos de los que pudo ingerir, tocando colores con la yema de los dedos, mientras tarareaba Magic Orgasm, el OK me permitía responder mentalmente con: "Karma police/Arrest this man/He talks in maths/He buzzes like a fridge/He's like a detuned radio..." )

Parte de la adicción se debe a la manera en como empieza el cedé. Airbag es un inicio perfecto: un riff grueso que parece no dar juego a toda una gama de sonidos que vienen "de atrás", simulando ser accidentales, pero en la medida que la canción avanza, se terminan dando sentido unos a otros. Y claro, la angustiante voz de Thom Yorke anticipando la revancha de una batalla desconocida, pero muy apropiable para el escucha: "... In an interstellar burst/I am back to save the universe/In a deep deep sleep/Of the innocent/I am born again/In a fast German car/I'm amazed that I survived/An airbag saved my life"

En ese contexto, me parece que surge el OK como una muestra de que se podía seguir haciendo rock, siempre y cuando se renovara de tajo. Radiohead lo hizo, y a partir de entonces se convirtió en una banda de culto, llena de mitos, infinidad de interpretaciones, lecturas posmo, y constantemente imitada (un ejemplo muy actual: Muse).

El OK es un disco que encierra muchos sentimientos dentro de un tejido intrincado, leberíntico, ahogado en recovecos. Pero sobre todo encierra un grito demandante. Un grito neurótico, provocado por la esquizofrénica confusión de fin de siglo. Un grito que reclama al mundo una necesaria humanización del entorno despersonalizado. Un grito que revela una crisis en las instituciones sociales (fitter happier) y polítcas (electioneering): ¿es suficiente para el hombre la comodidad de la democracia liberal? Seguro no, parece decir Yorke en las más estridentes de sus estrofas.

El OK constituye una estampa fiel de la sociedad de fin de siglo. Una sociedad con rasgos convalecientes, conformada por tipos alienados por satisfactores engañosos (consumo, homogeneidad de la belleza, modelos de comunicación caducos...). Significa también una muestra del siniestro silencio con el que se había asimilado el establishment. Siniestro en la medida que no se percibe conformidad con el trato displicente del entorno hacia el "ciudadano de a pie", psicópata en sueños que hace suyo el impulso asesino: "When I am king you will be first against the wall... ". Resulta una manifestación de inconformidad hacia el aceleradísimo surgimiento del elitismo con nueva cara : sustitución de la burguesía tradicional (en México le llamamos "gente bien") por algo peor, una horda mal educada, poco informada, insensible, ostentosa y grotesca de "nuevos ricos" : "Ambition makes you look pretty ugly/Kicking and squealing gucci little piggy/You don't remember/You don't remember/Why don't you remember my name?"

Es un disco de canciones con estructura y composición complejas, con un lenguaje instrumental novedoso, iconoclasta e incluso experimental. Exigente para quien lo escucha; sin embargo, fácilmente disfrutable.

Hace diez años, podía sonar futurista ( espacial, recuerdo leer en alguna crítica), pero al ser muy fiel al su contexto y momento, toma distancia de otros experimentos fácilmente caricaturizables. En fin, el OK es, sin duda, el disco de mayor impacto de los últimos años.

No vaya a entenderse que sostengo la superioridad de ese momento sobre otros de la historia de la música popular; sólo, insisto, es el que me tocó por circunstancia, y bajo tal lo celebro. (las discusiones sobre si Dark Side Of the Moon o Revolver son mejores, me dan fiaca)

Y lo puedo celebrar por discos como el OK. El cual, diez años después de su lanzamiento, jovencitos de 15 años lo siguen buscando en los anaqueles de discos, aunque no les arranque la mitad de suspiros que a mi me sigue arrebatando.

En el décimo aniversario de su lanzamiento, estamos bien. El mundo no se automatizó por completo ni se murió el impulso humanizador. Ejemplos sobran. Ahora, escucuar el OK de vez en cuando, nos hace imaginar un terrible futuro que debemos tener siempre presente.

Después de meses de abstinencia, escuche el OK en conmemoración de sus diez años, y sólo pensé en la manera en que celebraré cuando sean diez más.

Personalmente, no puedo dejar de escucharlo, pues desde hace casi cinco años, me despierto y duermo gritando hacia dentro: "Wake/From your sleep/The drying of your tears/Today we escape/We escape/Pack And get dressed/ Before your father hears us/Before all hell breaks loose/Breathe, keep breathing/Don't lose your nerve/Breathe, keep breathing/I can't do this alone/Sing us a song, a song to keep us warm/There's such a chill, such a chill.... (Exit music [for a film]) "

16 de junio de 2007

Montesquieu se escribe con eme; cortometraje, también

A Eme por "la sorpresa"
La sabiduria de Montesquieu es directa, básica, libre de "segundos pisos". Se debe a que no era un pensador espectral, de esos que derivan conclusiones bajo el influjo del ostracismo vivencial y la penumbra de la elucubración ensimismada. Era, pues, un tipo cualquiera que veía lo que cualquier otro. No podía ver más, pero, sobre todo, se resistía a ver menos. Si en algún momento evocó a la idea de "leyes de la naturaleza", fue para distinguirla de las "leyes positivas", y así acercarse a al estudio del hombre en sociedad, pero jamás para contraponer lo que veía con "lo verdadero".
Eme es igual, quiero creer. No se anda por ramas, estando el tronco tan grueso. Es concisa y puntual; no permite las dudas (ajenas), y se aleja de los enmascarados; aunque si lo quisiera, sería todo una colección de antifaces.
Montesquieu nos dice que, en gran medida, somos circunstancia: soy abogado, porque mi circunstancia familiar aquí me puso, y me gusta Modest Mouse porque crecí bajo la influencia generacional del grunge.
En alguna sobrecopa, ante mi sorpresa de que Sienfield no le provocaba ni un ápice de admiración, Eme fulminó mis argumentos, diciendo algo como "pues soy mujer, no le encuentro mucha gracia". Ante la circnstancia expuesta como contraargumento, sólo resta asentir silenciosamente.
La circunstancia de Eme es el cine. No como industria, sino como lenguaje particular. Para Eme, el cine no sólo se ve, sino que se lee y escucha. También, y esto es lo más importante, el cine se trabaja, y mucho.
La circunstancia le ha dado a Eme nombre y apellidos. Su lucha no es negarlos, sino particularizarlos elegantemente.
Hoy se publicó (Diario El Centro) una muestra de tal particularización: una reseña de las premiaciones del festival de Huesca. Se lee: "El jurado de la edición 35 del Festival Internacianal de Cine de Huesca falló ayer a favor de un mexicano: Acán Coen, quien presentó su cortometraje Fin de un Trayecto".
Más que dar una noticia, estoy seguro (pues así se siente) que Eme quiere compartir una celebración.
Con voz alta, Eme celebra el talento y el trabajo mexicano; con murmullos, su circunstancia.
Aclaración: lo de "Eme" no es por anonimato, sino porque (dice) le cuesta trabajo la primera persona (soberbia mentira) ; yo, como no manejo otra, me resisto a la "Uve".

Grito

Y Jeff Tweedy grita:

When there' s a light/

WHAT LIGHT?

There's a light/

ONE LIGHT

There's a light/

WHITE LIGHT
Inside of you

Lenguaje jurídico, téngase por sobreseído

En agradecimiento a Pablito (aka Pamelo)
El lenguaje jurídico es una afrenta incuestionable. No se sostiene ni con las sesudas (de que se suda, se suda) defensas de los especialistas.

Si no se reunen tales requisitos, se desechará la demanda; si no se cumple con otras cuestiones, se tiene por no interpuesta (¿?).

Como todo lenguaje "no científico" (que me disculpen los puristas), el jurídico es impreciso, vago, abierto, incluso rococó: "La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos descienden de poblaciones que habitan en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas" ( Artículo 2 constitucional).

Bien decía El Viejo que la Constitución se redacta para ser leída en voz alta.

Ante esa afrenta verbal, los especialistas (a quienes no ofende, sino que enaltece) reiteran el error, burlándose: "pero como es posible que confundan la despenalización con la regulación..."

Ello arroja afrentas aún mayores, cuando se apropia por el dominio popular: "Si no hay pena de muerte para el violador, por qué si la hay para su hijo". ¡Putísima la tacones! Lo que mal empieza, mal termina: eso, me decían de niño, es una falacia

Un desafortunado lenguaje nos avienta a escenarios aterradores. Así los abogados no litigan con herramientas silogísticas válidas, sino, por el contrario, con estratagemas, es decir, sofismas viles (lectura recomendada para entrar al juego: Dialéctica Erística o El arte de tener la razón, Arthur Schopenhauer).

Durante mis años como estudiante de Derecho, me fue presentada una palabra que hasta la fecha me provoca infinita emoción: SOBRESEIMIENTO.

Sobreseimiento, para aquellos que no tienen obligación de saber, es una resolución dictada en un proceso, poniendo fin a éste sin decidir sobre el fondo del asunto, toda vez que existen razones o circunstancias que impiden su pronunciamiento. Por ejemplo, falta de interés jurídico ( no es tu casa la embargada, sino la de tu vecino, no seas mitotero), Consentimiento del acto reclamado ( si tú también eres bien coqueta, no me vengas ahora con chingaderas), Consumación irreparable del acto ( me hubieras dicho antes, ahora ni llorar es bueno), entre otras más aburridas.
Primordialmente, me conmueve por sus intrínsecas posibilidades lúdicas:
Todo lugar infame
Harto de estancamiento
Sólo puede darme
Fatal Sobreseimiento

Así de pendeja termina siendo una resolución de sobreseimiento cuando sin mayor argumentación, un puto juez de distrito decide que tu cliente no cuenta con interés jurídico para reclamar una ley, pues a su limitado entender, el sólo hecho de estar obligado al pago del impuesto contenido en ella, no comprueba con eficacia la afectación a su esfera de derechos subjetivos.
En palabras más amables: no porque lo hayas pagado te afecta.
Hoy dejó de gustarme la palabrita del demonio.
Tarea de hoy, recurrir la resolución de sobreseimiento.
Lo ilógico no se corrige lógicamente. Habría que construir un sofisma kafkiano para sacar al buey de la barranca, pero no sé cómo. Pensé que escribir esto liberaría algún espíritu creativo. Nada de nada.
Seguro recurriré a algún elemento de contundencia sentimental, de esos que abundan en los noticieros; a ver si, alejado del lenguaje jurídico, consigo una resolución estrictamente jurídica, ¿será?




Dominical

Domingo 3 de Junio/07

Día de películas y cedés

Decidí que necesito un Hattori Hanzo. Kill Bill es una chulada: Había que dejarla descansar un tiempo, y ver las dos partes de corrido.

Por otra parte, Fincher es un gran director: Zodiac lo consolida. Qué gran Thriller: regreso al Film Noir y a las lecturas de Sir Arthur Conan Doyle.

40 años del Sgt. Pepper´s... lo escucho de nuevo en conmemoración. Me quedo con el Revolver, sin dudarlo.

En un mes, exactamente, se cumplirán 10 años del OK Computer. Seguro lo festejaré más, y a sus 40 será una auténtica conmemoración (personal, por lo menos).

La cabeza pelona no embellece, pero se vuelve común y natural. A todo nos acostumbramos: a los domingos en soledad, a la mala televisión, al sonido predecible de lo indie, al insomnio de nueva cuenta, a la cabeza calva y amorfa, al sabor de la Bud Light, a apilar libros no terminados (ni por el lector ni por el autor) y, sobre todo, a esperar a que pase algo........

Espejito, espejito: dime quién es el más igualito...

Pensando en Diana de Covarrubias, quien desenmascara todo fraude personal

Una obviedad: Los espejos sólo reflejan una imagen. No son la cosa ni el objeto apreciado. Eso todos los sabemos; sin embargo, ¿alguién sabe realmente si el el reflejo es fiel?

Percepción es realidad a fin de cuentas, dicen ahora los encuestadores.

Hace poco, comentaba con unos buenos amigos un episodio de Seinfeld en el cual, este genio de la comedia televisada intaeractúa con su "otro yo". El resultado es otra obviedad: se dio cuenta que no era tan simpatico como lo creía.

Es común decir "¡que bien me caigo, soy de puta madre!" Ahora, reservas y decoro ante ello.

Siempre presumí ser un compañero amoroso intachable: ligero, permisivo, tolerante y poseedor de un discurso maravilloso: "tú en lo tuyo; yo en lo mío"

Un espejo hermosísimo (intenso, sigiloso, intuitivo, analítico y enmarcado al más puro estilo klimtiano) reflejó que todo ese espacio, silencio y distancia sólo resultan señales de egoísmo, falta de compromiso y ausencia de claridad. Así, soy una pareja desechable.

Hoy por la mañana, mientras recorría el ansioso Circuito Interior (vereda épica, arena urbana de intrascendentes batallas) decidí, como lo hago siempre (motivado no por civismo, sino por daltonismo) , detenerme cuando el semáforo anticipaba el término de la luz preventiva (naranja, creo). Recibí un grosero e iracundo claxonazo. Por reacción levanté la cara hacia el espejo retrovisor, de manera retadora, pintado huevos al conductor insolente. De inmediato se bajó. No era un tipo enojado cualquiera, era un espejo horrendo: rapado, con la mirada encendida y los puños a granel. En cualquier otra circunstancia hubieramos acabado discutiendo y manoteando como comadres de vecindad (pues nunca se llega a armar bien el "uno-dos, arriba-abajo"). Sin embargo, el reflejo de una imagen propia me infundió un temor terrible, aventándome contra el asiento, impidiendo movimiento alguno. El temor no era a acabar con los ojos morados, sino a reconocerme en la insolencia ajena. Al ver que no me provocaba a seguirle, el espejo seguía gritándome cuanta pendejada le venía a su limitada cabeza. Tremebundo, yo sólo lo veía. "Bájate, puto, BÁ-JA-TE...", me incitó; yo me limité a seguir observándolo, meneando la cabeza de un lado a otro y restregándome las manos a los ojos. El espejo entendió (no tenía porque ser de otra manera) que no teniá coraje para los golpes. Enfundido en esa cavernaria seguridad, sacó su miembro y lo embarró en mi ventana. Tal acción ( y no así la ofensa verbal, a la cual ya debe estar más que acostubrado) provocó que el policía que custodiaba el semáforo (veía pasar las horas, mejor dicho) se acercara a separarlo de mi brioso corcel. En ese momento advertí que el espejo portaba una playera que decía fulminante: "La Rebel es la cura para el racismo". Al ser separado de mi ventana, el espejo advirtió el tarjetón que me permite ingresar a cierto recinto académico para desempaeñar parte de mi actividad cotidiana. Con una sonrisa que insinuaba una victoria de dimensiones revolucionarias, me gritó gallardo: "pinche yuppie culero". Se fue riendo y celebrando la victoria de un enfrentamiento ancestral, del cual yo no era protagonista. Rebozado en glorias y conquistas, subió a su caballo. Seguimos nuestro camino. Lo vi pasar. Aceleré para alcanzarlo; él pensó que era para perfeccionar el conato. Bajé la ventana y dije: "no sé si eres el indicado, pero mil disculpas, mi hermano, lo siento"; él, me contestó con mayor efectividad: "pinche puto". Tal cual, pensé.

El reflejo me dijo que soy un acomplejado terrible que inventa a sus enemígos para sostener el engaño de una revolución que nunca necesité, y que, con mayor certeza, nunca me necesitó.

Para que no se vaya esta sin rock, una de Radiohead que viene al caso:

The mongrel cat came home
Holding half a head
Proceeded to show it offTo all his new found friends
He said I been where I liked
I slept with who I like
She ate me up for breakfast
She screwed me in a vice
But now
I don't know why
I feel so tongue-tied
Don't know why
I feel
So skinned alive

My thoughts are misguided and a little naive
I twitch and I salivate like with myxomatosis
(...)
Yeah no one likes a smart ass but we all like stars

(Myxomaotosis , Hail to the thief, 2003)

Un inicio particular para una historia tradicional

Inicio de una novela que ya hemos leído ochocientas veces:

No habia por que encontentarse, pues no estaban enojados....

Ya ni llorar es bueno...

Ay, pinche pelón. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Yo pensé que me iba a parecer a Titi Henry........


¡Ay! ¡Ay!

¿? (3)

Y ahora por la mañana: ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿?

Una canción:


'Cause the years fly by in an instant
And you wonder what he's waiting for
Oh, then some skinny bitch walks by in some hot pants
And he's running out the door
So remember that one thing that you gotta know: Let him read your palm and guess your sign Let him take you home and treat you so fine But baby - Don't let him waste your time Don't let him waste your time

¿? (2)

¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿?

Qué la Chin.........

¿?

¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿?
!AY, YA!

De regreso al Amparo Administrativo.........



Instrucciones para entender lo evidente....

Do not adjust your tone control,

it´s meant to sound like that.

It´s not LoFi or HiFi

-it´s MyFi

and hopefully YourFi, too

La vuelta a Mundo en 24 horas

Para Edmundo de la Garza, jurisdoctor, bebedor cauteloso y antiguo compañero

"Nunca confíes en aquel que no toma ni en el alcohólico; tampoco en el que presume tener muchos amigos". Cuando tienes 10 años y tu padre te comparte esa lección de vida, usando, involuntariamente, voz aguardientosa y disimulando un andar accidentado, enderazdo por ocho brazos de nuevos "amigos", sólo evoca contradicción y rareza ( en aquellos tiempos, raro me parecía también el rostro albino de Boris Becker, así como ver a cientos de personas llorar como magdalenas, mientras destrozaban una vieja pared: Silvie de Montnoir me explicó que era por el fin de la Guerra Fría- con el pinche calor que yo sufría en Acapulco, me resultaba aun más raro).

Cuando teníamos 10 años, Mundo y yo cursabamos cuarto de primaria, y como todos los buenos amigos, nuestra fraternidad se basaba en la competencia: quién era el más gandaya, quién pegaba más fuerte, quién tendría un nintendo primero, quién tenía más novias, y muchas cosas más de pueril relevancia.

A Mundo la adoloescencia le llegó en el momento que debía. A los catorce, ya contaba en su haber con hazañas míticas: había sido detenido (con operativo policial y toda la cosa) por destrozarle el rostro a un pobre muchacho (¡4 años mayor!) sin motivo aparente alguno; había sido expulsado de la secundaria de niños malcriados por la abundancia, dizque por exponer sus partes pudendas a las mustias de nuestras compañeritas, quienes después resultaron un homenaje a la vida disoluta; y lo mejor, había ido a Tampico en busca de reforma conductiva, regresando a la costa como todo un caballerito inglés, recién salido de las filas del Eton College.

Conmigo, la adolescencia se presentó extemporáneamente, quizá con mayor impulso, y cada día me abriga aun más la convicción de que no nos hemos separado.

Hace exactamente 10 años, terminamos la prepa, lo que nos obligo jalar para lados distintos. Él le dio rumbo a la Sultana del Norte; yo, al Defectuoso. Ambos a la escuela de derecho (ironías biográficas); ambos nos peleamos, ahora, contra Hacienda (rijosos, a fin de cuentas). Él cumplió su sueño de conventirse un poco en su padre (aunque no lo diga) y reparte su tiempo entre tribunales y la venta de camiones; yo (aunque me ufane de ello) no me he querido convertir totalmente, y sigo soñando con establecer un bar, ruidoso y poco rentable, tal y como fue uno de los últimos caprichos del mío.

No obstante que Mundo y yo nos vemos poco (3 o 4 veces al año), nos sigue uniendo la competencia, pero ahora, los golpes y el nintendo le han dado paso a quién está haciendo lo correcto: ¿ahorrar o gastar?¿ Mentir o decir la verdad?¿Amar o devorar? ¿Casar o cazar?

20 años después, ver a Mundo le da sentido a la lección paternal que comentaba. Aquel que no bebe es un accidente a punto de ocurrir, y el "muchos amgos" es un solitario enmascarado.

En 24 horas me he convencido de que el movimiento es relativo. Nuestro mundo no cambia por el hecho de voltear hacía otro lado. Por tranquilidad personal decimos que estamos "en constante movimiento", así nos la llevamos, tratando de negar un poco quien somos, pero en realidad, el trayecto (¿periplo? Gran palabra, Cometa, grande) termina en el mismo e inicial punto.

Como toda la sabiduria divertida y libre de palabrería proviene del rock, comparto lo siguiente: "The universe is shaped exactly like the earth if you go straight long enough you'll end up where you were" (Third Planet, Modest Mouse, The Moon & Antartica, 2000).

Eso lo comprobamos cuando brindamos, y por un instante, sin perjuicio de la variación de escenarios, vestimentas y modismos, nos vence la misma ingenuidad y complicidad de hace 10 años.

Canción del día

Me cuesta decirlo (poses y poses), pero lo de HOY, Do me a favour de los Arctic Monkeys.

Olviden las poses concheptuales, aunque sea por 3 minutos:

[...]

Do me a favour, break my nose!
Do me a favour, tell me to go away!
Do me a favour, stop asking questions!

[...]

Curiousity becomes a heavy load
Too heavy to hold, too heavy to hold.
Curiousity becomes a heavy load,
Too heavy to hold, will force you to be cold.

And do me a favour, and ask if you need some help!
She said,'do me a favour and stop flattering yourself'

Conversación con la mejor amiga

- Lo que tienes que hacer para redimir tus culpas.- Dijo regañando, como es su puerca costumbre.

- La culpa y yo nos distanciamos hace bastante tiempo.- Contestó el amigo con ganas de manifestarle su indiferencia.


Conlusión: La culpa es un nuevo apodo para la soberbia; comentar su padecimiento, sólo indica la sobrada autoestima de la gente que se siente con poder sobre los demás.

Canción de los 45 segundos

Those who feel the breath of sadness
Sit down next to me

Those who find they're touched by madness
Sit down next to me

Those who find themselves ridiculous
Sit down next to me
Love, in fear, in hate, in tears
[...]
(Sit Down, James)
Así pasa cuando pasa. Cuando te pase, sólo pide PERDÓN

De periódicos gratuitos (Ahumada vive en Chichen Itzá)

Para Señorita Cometa

La mejor información, o al menos la más placentera, es la que te llega así nomás, la que no requiere pesquisa alguna para su obtención (con todo el debido respeto para las maravillosas periodistas mexicanas). Si buscamos algo es para encontrarlo, así de fácil. La sorpresa de una información buscada es relativa: bien sea que encontremos lo presumido, lo cual sólo sacia el fin de una labor; o nos sacude la panza cuando resulta que lo imaginado es lejano a lo ocurrido.

A ver. La neta, la neta, lo que se dice la neta, la gratuidad es la placentera bendición del chimse como tal, la que satura los cafecitos y cantinas de nuestras frecuencias: "Pérate, cabrón, cambiando de tema, a qué no sabes quien se está divorciando...". Las notcias del tipo nos provocan una felicidad y un morbo incomparable: obligan a pedir otro tequilita y a encender otro "último" cigarrito.

La sorpresa es la corona de la información. Cuando es pública, se apropia de los encabezados; cuando es íntima, invita a los murmullos más audibles ( eufemismos, señorita, eu-fe-mis-mos).

Desde hace un tiempo (ni mucho ni poco), los semáforos capitalinos fueron tomados por una horda de repartidores de una publicación (fíjate como no me atrevo a utilizar periódico) diaria, grauita, publicitaria, genial. Por lo general tiene sólo 2 ó 3 noticias, las suficientes para colmar el espacio libre de datos que cada día nos exige la cabezota. Lo mejor: no se trata, particularmente, de información de trascendencia. ¡Qué bueno! Cuando veo a gente que sigue "la actualidad" con el cuidado de un editorialista en ciernes, me siento empantanado en las paradojas del acceso a la información, y me compadezco del autoengaño.

Lo de hoy: por un lado, el exhorto a votar por Chichen Itzá para que sea considerada como una de las "nuevas 7 maravillas", comprobando que, en el mundo moderno y downloadeable , la popularidad es sinónimo de trascendencia histórica (qué bueno que el Men´s Club no es considerado, pues estaríamos en problemas) ; por otro, la exoneración y huída del reclusorio de Ahumada, acompañada de una nueva e infructuosa detención, la que provocó una cantidad de declaraciones kafkianas (Marcelo: cómo que diste órdenes para que la Procuraduria apelara cualquier acuerdo o resolución que impidiera la reaprehensión de don Videos; si bien recuerdo, uno de los puntos discursivos más sólidos de la causa democrática perredista era precisamente la condena a que el titular del ejecutivo instruyera la labor del ministerio público federal en el caso del desafuero de Andrés Manuel, pues se dijo que ponía en evidencia la imparcialidad y politización de la persecución de los delitos en México. Cada loco con su tema, ¿no?).

Ojalá Fox (el expreciso más jocoso que hemos tenido) declare mañana algo que lleve a sospechar que Chichen Itzá es una tetona vedette traída a México por el argentino para darle celos a Chayito, en respuesta a que ésta convencio a la señora Ahumada para dirigir el fundraising requerido para la formación del capítulo mexicano del First Wives Club.

Bendito Kukulkán y su viperina lengua.....


Canción de Lunes

Lago en el Cielo de Gustavo Cerati


Hoy te apuré (estaba tan sensible) /son espejismos que aumentan la sed/ si adelanté no me hagas caso /a veces no puedo con la soledad/
Vamos despacio para encontrarnos/ el tiempo es arena en mis manos/sé por tus marcas cuanto has dejado para olvidar lo que hiciste [...]

Desértico Shiraz

Cuanto más los negamos, más los tenemos. Los prejuicios son música de fondo: delicados, imperceptibles (incluso ocultables) , pero suficientemente contundetes para definir la narrativa de nuestras propias historias (todos los franceses son pedantes e inflados, todos los gringos son imbéciles, todos los ricos tienen mal gusto, toda la poesía es aburrida, todo el rock es ruido,todos los abogados son gandayas....).

Sin entrar a jugar con la semántica, los prejuicios se dan por la carencia de elementos que liberen al vocablo de ese "pre".

Personalmente, me defino de extremos; los puntos de intersección, las medias tintas y las posiciones atemperadas terminan por darme hueva. Prejuicios, sin duda. Uno de esos: el desierto es para ambientalistas pachecos lectores de Carl Sagan.

Sólo faltaba la oportunidad (obligación, en estricto sentido) de atravesar el desierto coahuilense para tragarme mis infundados juicios. Las entrañas del desierto te obligan a ser claro, cuando no lo quieres. Es irónico que te brinde claridad, pues el desierto todo lo altera, tiene el poder de convertir todo en acuosos espejismos (licencia poética, porque en mi chingada vida he corroborado que se trata en verdad de algo irreal). Esa claridad desértica, pende, pues, del ofuscamiento provocado por la intensidad del ecosistema. (¿Será un camión o un grupo de lugareños tomando el sol?). Después de atravesar por el desierto obtengo limpieza cerebral para formular un axioma que regirá mis futuros juicios durante un tiempo considerable (a lo mejor una semana): no es de trascendencia como son las cosas en realidad, sino como las percibas; a fin de cuentas vale para pura chingada si lo que ves corresponde a lo que es. Esa correspondencia sólo llena la vanidad de algunos curiosos . Para quienes preferimos el engaño, los espejismos nos vienen mejor. Ya lo dijo Luismi, el trovador más popular de nuestros tiempos: "Miénteme con un beso que parezca de amor..."

Otro prejuicio: El shiraz sólo lo beben poetas afrancesados en camino a la fama.

En medio de la nada, el desierto mexicano se dio el capricho de permitir un glorioso vergel, tierra del viñedo más antiguo de América, Viñedos San Lorenzo. Orgullo mexicano para paladares extranjeros (su mejores cosechas son para exportación).

Me trago de nuevo mis palabras y me declaro nuevo fan del Shiraz mexicano, el cual se nutre de otro espejismo: huele a humedad, y sabe demasiado afrutado, como si provieniera de tierras más ambles y permisivas. En realidad no sé una chingada de vinos, por lo que dicha apreciación puede estar nutrida de otro prejuicio.

Pero en fin, entre prejuicios, espejismos, uvas y gravámenes fiscales, me apropio, ahora, al desierto. Por ello, cuando algún petulante se tome la libertad metafórica de escribir o decir cosas como "mi corazón es un desierto"," ahogado en los linderos de un desierto", "desolado como el desierto"; o cualquier otra mamarrachada del tipo, reiteraré hacia mis entrañas que todo juicio humano se alimenta, primordialmente, de prejuicios.

Jueves y Tequilotas

El jueves es la onda. Tiene un encanto particular. Los jueves llevan más de ocho años sucediendo.

Contra las dificultades de la vida laboral, siempre termina imponiéndose el jueves: algunos llegan de malas; otros fingen llegar de muy buenas.

la hora: 8:30 p.m. Osea 10:00 p.m.("es que se me atoró un ofrecimiento de pruebas, perdón")

Los ya casados; los que se están casando; los que tienen miedo a casarse; los que ya lo decidieron, pero se hacen pendejos (¡ups!)....

El dominó que nunca se juega, pero siempre provoca el ímpetu arquitectónico de varios.

Las revelaciones retrasadas: "No te vayas a encabronar, negrito, pero hace un año, en Madrid...."

Agradecimiento: Chank, The name of this band is Talking Heads.

Lo nuevo: Tequilotas con rodajas de naranja.

Lo de siempre: Carne Tártara, esta vez con la mostaza afrancesada oportuna.

El que no cambia: "pinche negrito, no te claves, cotorrón. ¡Aliviánate!"

El que falta: el Sr. Notario.

Los intinerantes faltistas: el fiscalista más ñoño que se compra una moto de Vanilla Ice; el productor de documentales que bailando baja a las viejas; el de Chicago, al que mucho se le extraña.

Los que anuncian sus futuras ausencias: Maestrías alemanas y NYU.

La frase de mentas robadas: "Zorras y alcahuetas, son todas tretas."

Lo que se espera: una semana más.

Overrated

Para Paco, un verdadero amigo

Nunca he entendido la obsesión clasificadora del hombre. Todo tiene un lugar en nuestros esquemas, de alguna u otra manera. Todo fenómeno racionalmente apreciable sucede en determinado tiempo y en algún lugar en el espacio, dice el soberbio Kant. Es así, quizá, como la memoria nos va recordando la vida.


Muchos años atrás, Aristóteles alcanzó el reconocimiento de sus contemporáneos por sus logros como taxidermista, antes que por sus aportaciones filosóficas.
Dicen sus biógrafos que Borges era obsesivo con los sellos postales. Mi madre sigue ordenando la vida de quien se deja, y mi padre clasificaba de manera meticulosa sus culpas para provocar mi exclusiva admiración.


En algún libro escrito por mi autor favorito, don No Me Acuerdo Quién, se apunta que ese impulso racionalizador surge a manera de rechazo a la única verdad sostenible: el caos es la única fuerza que ordena al cosmos.


En las tripas de toda clasificación, lo reconozcamos o no, se esconde el fantasma de la jerarquía de valores. (“Y el laurel dorado a la mejor opera prima es para…”: si la peli es buena , qué putas tiene que ver que sea la primera de un director. ¿O qué un novel cineasta no juega en la misma cancha que Scorsese, con independencia de los méritos propios de la obra?)


En el video club puedes encontrar en la sección de de comedia a Wedding Crashers y a When Harry met Sally juntitas, pero a Melinda Melinda la encuentras en el anaquel destinado a Cine de Autor. ¿Qué no son lo mismo? Pues no, porque “Woody Allen hace comedia, pero inteligente y con buen gusto”. No, no es cierto, lo que pasa es que “Zoolander no tiene autor”. Ah, caray! Es, entonces, una comedia bastarda, por decir lo menos. Perdón, pero cuando lo pienso sólo puedo imaginarme a una perro queriéndose morder la cola.


En las clasificaciones musicales de las revistas especializadas pasa lo mismo. “los 50 mejores discos pop de los últimos 30 años”. En dicha lista seguro aparece Bad de Michael Jackson, pero Blonde on Blonde de Dylan, no es tomado en cuenta, porque éste, por definición, sí es considerado en “los 20 mejores discos de la música norteamericana”. Así, pues, me pierdo siempre en los esquemas ajenos.


Entonces empiezan las acaloradas discusiones. Además, quienes discutimos con más ahínco las clasificaciones ajenas, nos identificamos por un común denominador: somos improvisados en las artes y oficios que nos apasionan. No sabemos nada de nada. No tocamos un sólo instrumento ni conocemos los vericuetos del arte fílmico (“No está dañada la cinta, sino la copia, corazón”). Es decir no somos más que unos tristes y pasivos espectadores del fenómeno.


Por ello, es que ante la falta de elementos contundentes que apoyen nuestra posición, poco antes de tocar la lona argumentativa, en el 9º round, siempre nos queda fuerza y testarudez para conectar el golpe definitivo: “No me chingues, Peter Gabriel está overrated”.


El concepto de lo sobrevaluado está encerrado en una paradoja chulísima: por un lado, supone que existe un método objetivo e irrefutable para clasificar de manera jerarquizada cualquier obra humana, y, por otro, cuando llegamos a analizar los métodos objetivos de valoración, se nos revelan tan porosos y blandengues como la cadera de un anciano con osteoporosis.


Es decir, podemos advertir que el primer lugar de un maratón le pertenece a quien llegó a la antes que los demás. Sin embargo, cuando se discute si Maradona es mejor que Zidane, el evento acaba en una batalla llena de sinsentidos.


Así, cuando la razón ya no alcanza, lo que no nos gusta, pero no podemos clasificar de malo se vuelve, simple y llanamente, overrated. Me encanta. Da la apariencia de que se tienen elementos irrefutables para el juicio, aunque sólo llena de tufos rancios nuestras afinidades, poniendo punto final a la discusión.


La carencia de ciencia en lo relativo a nuestras preferencias hace prueba plena de que “nada está escrito”; no existe, pues, un códice de la verdad estética (no sé, incluso, si dicho concepto existe o es en realidad una absurda contradicción. Bueno, lo realmente bello, si así se recibe con más comodidad).


Qué bueno que no existe tal verdad sobre dichos menesteres. Me siento libre cuando puedo decir lo que ironiza la canción de Radiohead: “Are you such a dreamer?/To put the world to rights?/ I´ll stay home forever/ Where 2 & 2 always makes up 5”.


La verdad nos hará libres”. No jodan. Esa sí que es una pendejada mayúscula. Ante lo probadamente verdadero no se puede hacer nada. Así es y te chingas. Dónde está, entonces, la libertad que nos brinda la verdad.


Imaginemos que felices seríamos si nunca se nos hubiera revelado alguna penosa verdad. Cuántas veces nos quedamos con las ganas de perdonar y la verdad nos impide hacerlo. En el fondo, todos queremos ser engañados, pero completamente. Si ya nos la habíamos tragado toda, qué sentido hace el desengaño. No nos tranquiliza ni nos hace más libres, sino lo contrario.


La verdad me caga la madre. Nunca la exijo ni sé cómo se ofrece. Me declaro fan del engaño, de las artes diplomáticas de posguerra y de las sonrisas mañosas y omniscientes. El misterio es la verdadero amigo del hombre, pues siempre queremos todo, todo el tiempo.


La gente que se ufana de decir siempre la verdad es la más aburrida, la que, como dijo un grande, “necesita papel rayado para escribirse”. Divertidos los disfraces. Sensuales los silencios.
Libre se es realmente cuando te topas con quien te da la libertad de ser honestamente siniestro (“Gracias por permitirme ser honesto cuando jugamos a la mentira”). Esa libertad nos abriga de una comodidad incomparable y de una felicidad “verdaderamente liberadora”.


Para acabar con esto, sólo me resta decir que, más que Pink Floyd, la verdad está overrated.

Wilco y los Funcionarios Tributarios

Justo a medio día, cuando se necesita fuerza para no pensar en lo que se hace, siempre pasa algo que recupera la ansiedad.

Hoy no podía ser la excepción.

A través de una bocina:

-Licenciado, están llegando nuestros amigos para tratar el asunto que comentamos. Atiéndelos, por favor, y diles cómo va.

-Sí, patrón, para eso estamos.

Dos personajes que hacen dudar de la creatividad de los novelistas. Empezando por los trajes mal cortados: las manos apenas salen por las mangas, lo que hace más evidente la cantidad de gangsteriles anillos que se atreven a portar. Luego los accesorios: zapatos bostonianos, reloj dorado y ochocientos celulares, sujetados en cinturones dos tallas más chicas de la que corresponde. Recordé el particular fenómeno de la calvicie masculina (es necesario aclarar que su servidor es un calvo en potencia). Entre más calvo es el hombre , más presume la posibilidad de engañar al mundo, repartiéndo los restantes cabellos de forma estúpidamente reveladora.

Conclusión de estilo: hay un punto en que la relación buen vestir-dinero invertido se convierte inversamente proporcional.Hoy me tope con dos ejemplares exponenciados.

Pero bueno, que no se olvide "el asunto que comentamos". Monólogo de mi interlocutor:

-Bla, bla, bla, I.V.A. (12 minutos de impaciencia contenida). Bla, bla, bla, Valor de Actos y Actividades. (8 minutos más)

Ojos atentos y entrecejo de interés contribuyen con un poco de interacción.

-Bla, bla, bla, futuras aportaciones de capital. (5 minutos). Bla, bla, bla, las nalguitas de mi gimnasio.

¿Qué pasó?¿Nalguitas? ¿En tu gimnasio? ¡Uff! Se llegó demasiado rapido esta vez. Albricias, señor mío. De eso sí me gusta hablar. Sin embargo, no duró mucho el gusto.

Regresamos.


-Bla, bla, bla, deducciones indebidas.

Ya participo imperiosamente, con la intención de no alargar el suplicio compartido.

Conclusión feliz y estrategia acordada.

Bajo el miedo de que se queden más tiempo, los acompaño a la puerta.

Fuerte abrazo. Despedida tradicional. De corolario obligado, la siguiente frase:

-A ver si ahora que acabemos esto, nos vamos de putas, ¿no, mi lic.?
- A huevo, lic., faltaba más. Además para las putas no hay pretexto pequeño--contesto con voz de padrote, queriendo jugar con las palabras, pero no soy eficaz.

Regreso como arácnido a mi elegante escritorio repasando mentalmente una enorme canción de Wilco que dice:

"Spiders are singing in the salty breeze/ Spiders are filling out tax returns/ Spinning out webs of deductions and melodies /On a private beach in Michigan...."