Aquí yacen los restos de Vidal Mendoza.Vivio 45 años. Fue clavadista de la Quebrada, combatiente en las 6 invasiones a Irak, D.J. en Ibiza y St Tropez, padre de nueve hijas, defensor de ballenas en el Mar de Cortés, y sobre todo enamorado de sus amigos y de sus mujeres. Le sobreviven Thom Yorke y Jack White, con quienes formó "The Anonymous, The Annoying and The Handsome", el grupo de Rock más importante en la historia de la música popular.
"El que tenga cochi, que lo amarre; el que no, pues no"

Wilco y los Funcionarios Tributarios

Justo a medio día, cuando se necesita fuerza para no pensar en lo que se hace, siempre pasa algo que recupera la ansiedad.

Hoy no podía ser la excepción.

A través de una bocina:

-Licenciado, están llegando nuestros amigos para tratar el asunto que comentamos. Atiéndelos, por favor, y diles cómo va.

-Sí, patrón, para eso estamos.

Dos personajes que hacen dudar de la creatividad de los novelistas. Empezando por los trajes mal cortados: las manos apenas salen por las mangas, lo que hace más evidente la cantidad de gangsteriles anillos que se atreven a portar. Luego los accesorios: zapatos bostonianos, reloj dorado y ochocientos celulares, sujetados en cinturones dos tallas más chicas de la que corresponde. Recordé el particular fenómeno de la calvicie masculina (es necesario aclarar que su servidor es un calvo en potencia). Entre más calvo es el hombre , más presume la posibilidad de engañar al mundo, repartiéndo los restantes cabellos de forma estúpidamente reveladora.

Conclusión de estilo: hay un punto en que la relación buen vestir-dinero invertido se convierte inversamente proporcional.Hoy me tope con dos ejemplares exponenciados.

Pero bueno, que no se olvide "el asunto que comentamos". Monólogo de mi interlocutor:

-Bla, bla, bla, I.V.A. (12 minutos de impaciencia contenida). Bla, bla, bla, Valor de Actos y Actividades. (8 minutos más)

Ojos atentos y entrecejo de interés contribuyen con un poco de interacción.

-Bla, bla, bla, futuras aportaciones de capital. (5 minutos). Bla, bla, bla, las nalguitas de mi gimnasio.

¿Qué pasó?¿Nalguitas? ¿En tu gimnasio? ¡Uff! Se llegó demasiado rapido esta vez. Albricias, señor mío. De eso sí me gusta hablar. Sin embargo, no duró mucho el gusto.

Regresamos.


-Bla, bla, bla, deducciones indebidas.

Ya participo imperiosamente, con la intención de no alargar el suplicio compartido.

Conclusión feliz y estrategia acordada.

Bajo el miedo de que se queden más tiempo, los acompaño a la puerta.

Fuerte abrazo. Despedida tradicional. De corolario obligado, la siguiente frase:

-A ver si ahora que acabemos esto, nos vamos de putas, ¿no, mi lic.?
- A huevo, lic., faltaba más. Además para las putas no hay pretexto pequeño--contesto con voz de padrote, queriendo jugar con las palabras, pero no soy eficaz.

Regreso como arácnido a mi elegante escritorio repasando mentalmente una enorme canción de Wilco que dice:

"Spiders are singing in the salty breeze/ Spiders are filling out tax returns/ Spinning out webs of deductions and melodies /On a private beach in Michigan...."